Puerto Varas y Puerto Montt son ciudades que fueron fundadas con el propósito de poblar la zona de Llanquihue, en el sur de Chile. Los primeros pobladores de este sector fueron colonos alemanes que tuvieron que arrancar de Alemania durante el término de la revolución Alemana de 1848
Los alemanes, que llegaron a esta zona, trajeron con ellos importantes conocimientos que revolucionaron la industria chilena en temas de agricultura, carpintería y construcción, como se puede apreciar en la arquitectura de los pueblos del lago Llanquihue.
El escenario en Chile en el año 1850 era el de un país que buscaba aumentar su soberanía en zonas australes al sur del río Bío-Bío en donde antes estaba la frontera entre el pueblo chileno y mapuche, etnia indígena que habitaba al sur de este río y que frenó la expansión española colonizadora.
Gracias a esfuerzos del ministro del interior y relaciones exteriores de la época, don Antonio Varas, se tomó contacto con el gobierno alemán, ofreciendo tierras a cambio de ejercer soberanía chilena en el sector de Llanquihue. Fué así como se comenzó la inmigración de los primeros colonos alemanes.
La mayoría de los historiadores declaran que este proceso fue positivo en la zona en términos de desarrollo económico y cultural. Los inmigrantes alemanes trajeron consigo conocimientos tecnológicos en materias de ganadería, carpintería, cervecería y producción de cecinas, entre otros. Gracias a esto la zona tuvo un rápido desarrollo industrial en estricta relación con el legado cultural que hay en la zona. Durante este período llegaron más 40.000 inmigrantes alemanes a la Región de los Ríos y Región de Los Lagos.
Cuando recorremos ciudades como Valdivia, Puerto Montt, Puerto Varas y Frutillar no es difícil darnos cuenta de ésto al ver sus construcciones. Museos, iglesias y casas antiguas marcan una arquitectura típica de esta zona que no se ve en otras ciudades del país.
La iglesia del sagrado corazón de Puerto Varas es un ejemplo del legado alemán. Construida entre los años 1915 y 1918, adopta elementos de estilo neorromántico y barroco. Para su interior se usó madera de Ulmo, árbol nativo, y roble. Visitar esta iglesia es un pequeño viaje en el tiempo y es un lindo atractivo para visitar en Puerto Varas.
Frutillar es un pueblo cercano a Puerto Varas, también de tradición alemana pero más pequeño, ideal para pasear tranquilamente observando la arquitectura local. En este pueblo está el Museo Colonial de Frutillar, dedicado a la etnografía y arquitectura local. Fue abierto a público en 1984 consagrando principalmente la inmigración alemana.