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Andrea Ponce

Leyendas chilenas: El dedo del indio patagón


La leyenda cuenta que una noche estaba un marino español reflexionando frente al monumento del navegante Hernando de Magallanes (en Punta Arenas), cuando de pronto se quedó mirando fijamente al indio patagón que complementa dicha estatua.

Luego, se le ocurrió tatuarse en su pecho la figura del indígena y buscó un artista especialista que le hiciera este trabajo.El tatuaje quedó tan bien, que parecía cobrar vida a cada movimiento del marino, los ojos parecían mirar y le temblaban las mejillas. Lo que más llamaba la atención era el dedo gordo del pie, que se agitaba al moverse la piel.

El español, mirando su tatuaje frente al espejo, consultó mentalmente sobre si sus empresas tendrían éxito o no. De pronto, vio cómo el dedo gordo del indio se sacudió afirmativamente. Feliz con la respuesta, se dirigió al puerto a embarcarse.

Al pasar por el monumento, se detuvo junto a la figura del indio, y golpeándose el pecho, dijo: “Aquí te llevo, amigo”. Quiero ser tan fuerte como tú, y que no me entren balas. Luego, cogió el dedo gordo del pie y le dio un gran beso, diciendo: “Ayúdame, dame suerte”. Meses después, el marino regresó a Punta Arenas, radiante de alegría y contaba lo bien que le había ido.

Así fue como nació la costumbre de que quienes pasan frente a la estatua tocan el dedo del pie del indio, pidiendo protección y ayuda. Y que los viajeros deben besarlo y pedirle un pronto regreso a la zona.

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