La Pincoya es una criatura imaginaria perteneciente a la mitología de Chiloé, en el sur de Chile. Pero también se ha dicho que la han podido ver comiendo a los pescadores en una cueva llamada "El Escondite" donde se supone esconde la pincoya de la gente mortal.
Tiene el aspecto de una mujer joven y muy hermosa, con una larga cabellera rubia. A diferencia de la sirena chilota (que posee una cola de pez), ella tiene una apariencia completamente humana. La leyenda dice que aparece desde las profundidades del mar, semi vestida con un traje de algas a danzar en las playas y que, por medio de la orientación de su danza, señaliza si la pesca será abundante o escasa en la temporada que se avecina.
Cuando realiza su baile mirando hacia alta mar, significa que abundarán los peces y mariscos. En cambio, si lo hace con el rostro en dirección hacia la playa, indica que los peces y mariscos serán escasos. Si por la ausencia de la Pincoya la escasez se mantiene, es posible hacerla volver por medio de una ceremonia mágica donde intervienen brujos o machis.
Cuando los isleños naufragan, la Pincoya acude a su auxilio. A veces algunos pescadores la ven entre los roqueríos peinando su larga cabellera, rojiza o rubia. Su acompañante, como hermano o esposo, es el Pincoy.
La Pincoya, equivale, aunque con mayor representación, a la Nereida o Ninfa de los mares europeos; en otro sentido, a Diana, la diosa romana de la fertilidad de la tierra y de la fecundidad en general; a Ceres y la diosa egipcia Isis, que representan el poder generador y fecundante de la Naturaleza.